Me había quedado en el tintero un comentario. Lo que pasó durante la entrega de los Premios Sadosky fue interesante porque tanto podría haber sido una muestra de urbanidad política como de hipocresía (o ambas asimetrías a la vez). La presidenta Kirchner “sufrió” a un conspicuo representante del multimedio Clarín, el locutor y periodista científico Guillermo Lobo, como maestro de ceremonias. Muy sobrio y atinado, por cierto.
Además, se vio obligada a entregar premios al gobernador de San Luis Alberto Rodríguez Saá, que vino acompañando a la delegación de la Universidad de la Punta, que ganó dos de los tres premios a los que se había candidateado. Fuentes cercanas (al escenario) aseguran haber oído a la presidenta susurrarle al Alberto: “Nunca me imaginé que tendría que darte un premio a vos”
Y como si esto fuera poco, la Fundación Compañía Social Equidad ganó el Sadosky de Oro. Subió a recibirlo su presidenta, la diputada María Eugenia Estenssoro. Opositora ella.
En fin, no me hubiera gustado estar en los zapatos de la presidenta esa noche.
Ricardo, es cierto lo que planteás. Creo que la presi nunca hubiese imaginado encontrar tantos referentes del disenso en un lugar en el que ella se siente cómoda (pese a que no todas sus medidas, o la falta de ellas, conforma a la industria TIC). Pero tal vez lo interesante del asunto es que, pese a las diferencias, la mujer saludó como correspondía. Está claro que en ese momento no era ella la importante sino los premiados, y si fue capaz de saludar pese a las diferencias, es bienvenida. Creo que es eso lo que los argentinos esperamos en este país: que la dirigencia política sepa encontrar el sentido común en las discusiones de los grandes temas nacionales más allá de los intereses particulares, políticos y partidarios. Sí, suena naive, pero ¿no es eso lo que anhelamos?