Por esas cosas de la vida, estoy suscripto a la lista de correos de OpenOffice.org en español desde hace mucho tiempo. Mi objetivo original fue conocer el producto lo más que pueda antes de abandonar MS Office, algo que todavía no pude hacer ya que, a pesar de todo lo que he hecho y todo lo que me han dicho que hiciera, hay features de MS Word, por ejemplo, que no he logrado reemplazar. Pero esa es otra historia; mi corazoncito siempre estuvo con OpenOffice… sólo que ahora no estoy seguro de que lo siga estando. Porque surgió LibreOffice.
El asunto es así, después de la compra de Sun por parte de Oracle y ante la posibilidad de que el soporte a OpenOffice.org deje de existir (el antecedente del abandono de OpenSolaris es un síntoma muy fuerte), un grupo de gente de la comunidad original creó The Document Foundation y tomó el código de OpenOffice (que es libre, por cierto) para crear una versión que no tuviese que depender de Oracle. Como parte de la movida, se le solicitó a Oracle que “donase” a la comunidad el nombre (la marca) de OpenOffice.org, ya que en algún momento se le había solicitado a Sun que la registrara para evitar “vivos” que “vendían” otros productos como OpenOffice.
Oracle todavía no respondió de ninguna manera, es decir, ni para decir que sigue (o no) soportando a la comunidad de OpenOffice o para liberar el nombre.
Justamente este es uno de las principales razones por las cuales aproveché la conferencia de prensa de Oracle de la semana pasada para hacer la pregunta acerca de las comunidades… y ya sabés cuál fue la respuesta. O sea, espero que no se olviden de la reunión que me prometieron.
Mientras tanto, entonces, The Document Foundation ofrece LibreOffice en una edición (por el momento en inglés) que correspondería a la beta de la versión 3.3.0. Pero todo esto ya lo leíste, más o menos, en el artículo que nos permitió copiar el profe Román Gelbort y que podés haber leído en la Zona de los Expertos.
Lo que yo quería destacar es la actitud de varios de los integrantes de la lista que, sin denostar o demonizar a Oracle, sin palabras altisonantes y sin posiciones extremas, decidieron dejar de colaborar con OpenOffice.org (o con OO-oo.org, la versión de Novell, llegado el caso) para dedicarse a la comunidad de LibreOffice. Discusiones acerca de si LibreOffice es o no un fork de OO.org —parece que sí lo sería, ya que en este momento ya tiene suficientes diferencias en forma de parches con el release original— o la disposición a participar del L10N, es decir, de la parte de traducción y adaptación del software, muestran a una comunidad que está viva y activa y, sobre todo, políticamente movilizada.
Esperemos que Illumos pueda ser a OpenSolaris, lo que LibreOffice parece ser para OpenOffice.