Más de una vez hemos repetido (porque el original no es nuestro) que para las empresas, quien domina el estándar, gana el dinero (o algo así). Sin embargo, en un momento en el que se está demostrando, cada vez más, que la carrera salvaje por el dinero hace más mal que bien, dejar de lado algunas egocentricidades y disponerse a colaborar, es la respuesta. Por eso, creo que es una buena idea sumarse a los 16 gobiernos que aceptan a ODF como estándar estatal.
A principios de año se publicó un artículo en NetworkComputing, escrito por Charles Babcock de InformationWeek, que daba cuenta de que sumaban ya 16 los gobiernos que habían determinado que ODF iba a ser el formato predeterminado para todos los documentos del estado.
Hasta diciembre, los últimos en adherirse fueron Alemania y Uruguay. Pasaron a formar parte del grupo en el que se cuentan, entre otros, Bélgica, Brasil, Croacia, Dinamarca, Francia, Japón, Malasia, Noruega y otros más. Además, las regiones de Andalucía y Extremadura en España, Assam y Kerala en la India y Hong Kong, en China, como estados que eligieron, también el formato estándar. En Estados Unidos, por ahora, está sólo Massachusetts.
Como podrás darte cuenta por la lista, no estamos hablando de países del tercer mundo o emergentes que no pueden pagarles licencias a Microsoft. Estamos hablando de gobiernos y administraciones que consideran que un formato estándar, abierto y sostenido por los más grandes de la industria (Sun e IBM sin duda lo son) y por la comunidad de desarrolladores, es más apropiado que un formato de origen propietario, sobre el que pueden llegar a caer licencias inesperadas, por más que Microsoft jure y perjure que nunca va a suceder. Vos sabés cómo se manejan las grandes corporaciones…
Espero que un formato estándar único y no de facto, sea la respuesta a uno de los problemas que cada vez más frecuentemente suceden cuando se quiere saber cómo archivar e intercambiar archivos.
Siempre quise saber qué cornos puedo hacer con mis archivos de Wordstar.