En 10 meses llegaron al millón y pasaron de ser unas 12 personas a cerca de 200. Aún cuando todavía no queda claro el modelo de negocio de los cupones (en general) y que pareciera que son los nuevos parripollos o canchas de padel o maxikioscos, lo cierto es que ellos dicen que les va fantástico.
Y debe serlo, porque festejar con una fiesta en el Tatersall de Palermo, para cerca de 120 invitados, mayormente clientes, no es fácil ni barato. Nos invitaron junto con un par de otros colegas el jueves pasado y, la verdad, fue más una estudiantina o una de esas reuniones típicas que hacen los canales. Catering abundante, música en alto volumen y sorteos fueron las principales características. Yo estuve un ratito nomás, porque tenía que volver a trabajar, pero la gente que se quedó, parece que se divirtió mucho. Me parece bien…