Los que estamos en la crónica periodística especializada no solemos provenir del ambiente de la tecnología —salvando contadas excepciones—, por lo tanto, debemos confiar en los expositores de las empresas para comprender los adelantos o los nuevos productos. El problema es cuando el mensaje de las innovaciones viene envuelto en el ropaje del marketing preparado para los clientes o los distribuidores. En esos casos el cortocircuito es inevitable.

Días atrás tuve un intercambio de palabras acerca de la confusión que suelen tener algunos gerentes de marketing, de ventas o de comunicaciones de algunas empresas, con respecto al tipo de “público” que suelen tener en las conferencias de prensa.
La primera y principal es que nosotros, los periodistas, no somos —por lo menos mientras estamos ahí— clientes de ellos. Ergo, no nos deberían tratar de vender sus productos o servicios, sino más bien explicar qué características tienen y cuáles los diferencian de los productos de la competencia.
Es más, normalmente, después del CIO, del gerente de sistemas o de tecnología o cualquiera de sus equivalente, probablemente seamos nosotros los que más podríamos tener información sobre el tema. No porque seamos tecnólogos, sino porque escuchamos todas las campanas, todos los mensajes y nuestra propia profesión nos obliga a ser escépticos y a chequear la veracidad de lo que nos dicen.
Pero claro, a veces salta un fusible. Es cuando, con cierta involuntaria subestimación, nos cuentan algo como si no fuésemos del ambiente, como si no tuviésemos conocimientos de tecnología, aunque más no sea básicos.
Entonces suceden cosas como éstas:

  • De los quince años de vida de una compañía, durante 13 y medio no habló de “virtualización”. No puede ahora decir que sus productos hicieron virtualización (o SOA, o metodologías ágiles, para dar ejemplos) desde un comienzo.
  • Son los únicos que implementan la tecnología que acaban de describir. Como si no fuera tan fácil googlear un ratito para encontrar una lista de productos que la desarrollan y utilizan
  • Las “necesidades de los CIOs” son A, B y C. Ergo, “somos los únicos que satisfacemos esos requerimientos”. Inmediatamente (o anteayer), la competencia afirmó que “como los desafíos de los CIOs son E, F y G, nosotros somos los únicos que tenemos las herramientas para ayudarlos”. Esta misma lógica “funciona” también para definir un problema, un proceso de negocios o una situación que pueda ser abordada desde distintos ángulos.
  • “Somos los únicos que contamos con una solución end-to-end” o “La competencia no tiene, como nosotros, una solución que abarque todos los niveles”. Qué interesante, la competencia nos acaba de decir la semana pasada (o nos dirá la semana que viene) exactamente lo mismo.

Muchas veces hacemos una especie de “contrato” tácito con los expositores, para mantener las formas, la cordialidad y, sobre todo, el ritual. Ellos hacen de cuenta que nos cuentan una novedad, un dato exclusivo o el resultado de una encuesta que los favorece… y nosotros hacemos como que les creemos.
Pero el contrato de credibilidad tiene límites. Y no parece muy difícil, por parte de los departamentos de comunicaciones o marketing, excederlos. El cortocircuito, en esos casos, es inevitable.

Por Ricardog

Periodista científico especializado en tecnología. Médico en retiro efectivo.

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