Un año atrás, en un post de un blog de C|Net, un importante ejecutivo de la industria del open source aseguraba que el desarrollo de código abierto le devolvía la dignidad al programador, al volver a poner el énfasis sobre el individuo que desarrollaba, en lugar de sobre la empresa que lo empleaba. Y terminaba “Open source devuelve el respeto a los individuos que escriben software”

El señor en cuestión se llama Matt Asay y muy probablemente esté esquiando acá en Argentina junto con su amigo Mark Shuttleworth, ambos en el país por distintos motivos, pero con los mismos ideales: demostrar que con el open source también se puede hacer negocios.
En su columna de ayer de The Open Road, Matt, que vino a visitar a sus padres, que viven acá, recordó aquella nota que había publicado un año atrás. Esa vez había escrito que es impresionante como podemos reconocer a los individuos dentro de la comunidad Open Source, aún cuando éstos terminen asignando los copyright a las empresas para las cuales trabajan.
Nadie contribuye a Apache como un empleado de IBM, aún cuando IBM emplea a muchos contribuyentes de Apache. Nadie escribe el kernel de Linux como empleado de Red Hat, aún cuando los empleados de Red Hat llevan mayor porcentaje del desarrollo del kernel de Linux que cualquier otra corporación
Recordó este artículo después de haber pasado frente a alguna Villa Miseria (no aclaró cuál) y pensar acerca de qué hubiera sucedido, qué cambio se hubiese producido si los habitantes de esas villas supiesen escribir código y pudieran escribir lo que quisieran en lugar de simplemente tener que comprar una licencia.
Por supuesto, admite Matt, que el open source no es la respuesta a las villas o a la pobreza en el mundo en desarrollo. Pero sí es la respuesta para un creciente número de personas. Open Source mantiene el efectivo en las economías en las cuales se lo escribe, modifica o implementa. Y permite crecer a las economías de software locales, más que enviar dinero a USA para pagar por licencias propietarias de software.”
Una posible respuesta a la problemática de mejorar la calidad de vida de la gente, para Matt, es hacer a los habitantes de un país lo que el open source hace con sus desarrolladores: devolverles la dignidad.

Por Ricardog

Periodista científico especializado en tecnología. Médico en retiro efectivo.

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