No sin razón se dice que el eslabón más débil de la cadena de la seguridad informática es el ser humano. Pero, al mismo tiempo, sin el ser humano, en ciertas y determinadas acciones, es imposible seguir adelante. Tal es el caso del famoso sistema de CAPTCHAs, es decir, un método que requiere del usuario (sí, generalmente un ser humano) para confirmar que quien opera la máquina, ingresa a un sitio web o quiere bajar un archivo es, efectivamente, un ser humano. Sin embargo, como el ingenio del diablo no tiene límites, ya no es suficiente con reproducir un fragmento de texto, ahora también hay que tomar decisiones éticas.

Revisando viejos links, encontré una nota de Alt1040 referente a un nuevo tipo de CAPTCHA que, para completarlo, tenías que tomar posición frente a los derechos humanos.
Eso me estimuló a hacer un recorrido sobre el tema de los Captchas, a ver en qué anda y así me encontré, por un lado, con los que buscan el beneficio de la comunidad y, como no podía ser de otra manera, los que buscan el negocio.
Captcha o CAPTCHA, según la Wikipedia, son las siglas de Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart (Prueba de Turing pública y automática para diferenciar máquinas y humanos) y “Se trata de una prueba desafío-respuesta utilizada en computación para determinar cuándo el usuario es o no humano”. El objetivo es evitar que los bots ingresen a sitios web cerrados o bajen archivos o, lo que es peor, por supuesto, que cometan actos ilegales o delictuales con computadoras ajenas.
Desde el más simple (“1+1=?”) hasta el más complejo (sq-pix, de la Universidad Carnegie Mellon), todos requieren la intervención del ser humano, llevando a cabo acciones que una computadora o un robot no podría hacer.
Algunos, por supuesto, crearon Captchas que mejoran a la comundad, ayudando a los OCRs a digitalizar libros antiguos, como reCAPTCHA, invento de un equipo de investigadores de Carnegie Mellon liderados por  Luis von Ahn (los mismos que, dicho sea de paso, inventaron los CAPTCHAs). Otros, como no podía ser de otra manera, crearon Captchas que aprovechan la necesidad de que un ser humano intervenga para vender publicidad, como es el caso de Solve Media o Picatcha.
Pero quizá el más interesante de todos, sea el de Civil Rights Defenders, una ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos (como su nombre lo indica) en el que no sólo hay que escribir una palabra, sino también elegirla en función de lo que es correcto en derechos humanos. En otras palabras, sólo si estás de acuerdo con la defensa de los derechos humanos, podés resolver el CAPTCHA.
Me parece una buena forma de aprovechar el tiempo que el usuario pasa resolviendo Captchas como para que también apoye causas loables. Lástima que todavía no está en castellano.

Por Ricardog

Periodista científico especializado en tecnología. Médico en retiro efectivo.

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