(Por Daniel Aisemberg*) El pronóstico meteorológico de la TI (Tecnología de la información) anuncia tormentas. Si eres ejecutivo de  una empresa que dedica una partida de  gastos a infraestructura informática, o un usuario doméstico que sube  sus  fotos en páginas de  Internet para compartirlas con  sus amigos, o el responsable de un departamento  de tecnología  gubernamental  que debes afrontar  el  recorte de  gastos como consecuencia de  las   condiciones económicas,  presta especial atención a la tendencia de «computación en nube», en inglés cloud computing. Pero, ¿en  qué consiste exactamente este concepto?
Pese a que no  existe un consenso en torno a los detalles de  su  definición, la idea fundamental que reside tras el modelo cloud computing es  que cualquier cosa que pueda hacerse en informática, bien sea a través de  un PC individual, de  un servidor corporativo o de  un smartphone, desde el almacenaje o el procesamiento de  datos hasta la ejecución de  programas, puede trasladarse a la  «nube», es  decir, a la  Red.
Para la consultora Accenture,  el cloud computing es una colección de  servicios ofrecidos a través de  la Red,  accesibles desde cualquier parte, donde “Servicios” hace referencia a todos aquellos recursos informáticos que necesitan las  empresas, mientras  que “accesibles desde cualquier lugar” enfatiza  que se  puede acceder a ellos desde cualquier  dispositivo que tenga acceso a Internet.

Para muchos el cloud computing es  todavía un paradigma en evolución y sus  definiciones, los casos de uso, las  tecnologías subyacentes, los riesgos y los beneficios se irán definiendo en un debate conjunto entre el sector púbico y el privado.
El modelo en la  nube implica el uso  de recursos informáticos de  procesamiento y  almacenamiento  como  un suministro más, igual que si se tratara de la electricidad o del  teléfono. Las aplicaciones, las  redes, las   herramientas de  programación o  la  capacidad de  almacenamiento son servicios susceptibles de  ser  ofrecidos a escala a través de  Internet en lugar de  funcionar de manera local. Se gestionan en grandes centros de datos remotos que prestan servicio a múltiples clientes que acceden a ellos a través de  Internet, con  lo que se multiplica la capacidad de almacenaje de los usuarios. Por  tanto, el cloud computing, lejos de  «nublar» el escenario de  las  TI, despeja y abre un nuevo horizonte de posibilidades de comunicación, colaboración y trabajo completamente independiente del  lugar en el que se encuentren los usuarios, siempre que se cumpla el requisito de  contar con  acceso a Internet.
El atractivo del  cloud computing promete ganar muchos adeptos. Se estima que el mercado alcanzará una cifra de  42.000 millones de  dólares en 2012. Pasarán a engrosar la cifra, por  un lado, los proveedores de  cloud computing, que centralizan los servicios y se  benefician de  economías de escala y, por  otro, las  empresas, instituciones públicas y usuarios que se beneficiarán de  un servicio bajo demanda que no exige grandes inversiones. Pero, desafortunadamente, no hay muchos datos sobre lo que podrá suceder con cloud computing en México, Colombia, Perú, Chile, Argentina o cualquier otro país de América Latina.
A pesar de su atractivo, al día de hoy la idea  de una aceptación mayoritaria es poco menos que  una utopía. Sin embargo, los expertos coinciden en que esta situación está a punto de cambiar porque la tecnología ha madurado lo suficiente y se ha establecido una industria fuerte con jugadores como  Google, Microsoft, Salesforce, IBM o Amazon. Si la evolución de la demanda obedece, como cabe esperar, a la curva habitual de difusión de todo  producto o servicio en el mercado, en el futuro próximo esta demanda aumentará cuando se empiecen a solventar algunos obstáculos  que   están  impidiendo la  proliferación masiva  del  cloud  computing.

Gráfico  1- Adopción del Cloud computing en empresas-Fuente Global Cloud Computing Survey (Avanade)

Los expertos  opinan que los proveedores tendrán que trabajar  en los  aspectos que más preocupan a las  empresas, como la  privacidad y  la seguridad de  los datos. Por  su  parte, las  empresas se enfrentan a una contrariedad que no pueden obviar: el hecho de que los profesionales de TI (Tecnologías de Información) que deberían abordar este proyecto sufren un conflicto de  intereses con  respecto a la proliferación de  servicios  cloud  computing. Al igual que sucedió con  el outsourcing, la amenaza de desplazamiento que sienten los departamentos internos de  TI frente a un proveedor externo los coloca ante una decisión complicada a la hora de promover las  virtudes del  cloud computing.
Claves para entender el modelo

Clave #1: El cloud computing no debe verse como una tecnología. Es un nuevo camino para alcanzar objetivos empresariales.
Clave #2: Bajo el modelo de computación en nube, los  proveedores ofrecen sus servicios de TI y los gestionan en un lugar físico  distinto de donde son utilizados por  los consumidores, sean éstos empresas o usuarios individuales.
Clave #3: Este modelo se caracteriza por exigir un reducido  desembolso inicial en recursos informáticos, ya que se dispone de los  servicios de acuerdo con lo  que se necesita en cada momento, se paga por lo que se usa y,  además, tiene un alto grado de escalabilidad gracias a que  los servicios son  ofrecidos de manera fluida y manejando un nivel  de operaciones cambiante  sin  perjudicar la  calidad.
Clave #4: Lo  más importante es  que  el  cloud computing se considera como  un cambio de paradigma porque implica que las empresas y los usuarios ya no tienen por  qué  conocer o especializarse en la tecnología informática que usan, ya sea para llevar a cabo su actividad de negocio diaria, o para realizar tareas tan diversas como almacenar gran cantidad de correos electrónicos o comunicarse a través de una red social con gente de todo el mundo.
Clave #5: En cierto modo, se asiste a la democratización de las tecnologías de la información y al traspaso de las barreras de TI relacionadas con el costo, el tiempo, la calidad, la escala y la localización geográfica.
La tormenta perfecta
Como  si se tratara de  una tormenta  perfecta,  el cloud  computing parece  surgir y alimentarse de la convergencia de distintos elementos determinantes del momento que  vivimos. Dentro del  contexto del  mundo globalizado, las aplicaciones basadas  en Internet suponen una alternativa a las  aplicaciones internas porque facilitan la necesaria colaboración y  son accesibles desde cualquier lugar. También las crisis  económicas han favorecido su expansión, ya que  contribuyen a la reducción de costos. Asimismo, las tecnologías y estándares necesarios para su  funcionamiento han madurado lo suficiente, la industria ha adquirido experiencia, la oferta de servicios se ha multiplicado y empresas tan influyentes como  Google, Microsoft, Salesforce,  Amazon e IBM conceden la  máxima  importancia a  su  posicionamiento en este terreno.

No obstante, el despegue real del  cloud computing también estará marcado por  su capacidad para dar respuesta a temas candentes en la sociedad, como el cambio climático o la desigualdad entre países. En este sentido, el cloud computing se presenta como un modelo de  TI sostenible, dado que permite un consumo energético más eficiente y hace más accesible la tecnología a los países en vías de  desarrollo. También se espera que el impacto de  la  aparición del  cloud computing en la  economía marque un hito de  vital importancia en la aplicación de  las  TI a la mejora del sector servicios, base principal de  las  economías modernas.

* División Consultoría de Evaluando Software. En base a datos propios, Fundación de la Innovación Bankinter y Estudios de Avanade.

Por Ricardog

Periodista científico especializado en tecnología. Médico en retiro efectivo.

Un comentario en «Pronóstico de tormentas: se acercan las nubes»
  1. Yo estuve dos dia sin poder acceder a los servicios de google. (Si, fui uno de los desafortunados que cayeron en el 0.08% de los usuarios que perdieron por 48 horas sus correos). Tiene sus problemas esta tegnologia.

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