No cabe duda de que AMD todavía sigue prevaleciendo en el reinado de los gamers. Eso se nota no sólo en la gran cantidad de máquinas con Athlones y Phenomes que se ven, sino por las placas ATI y sus capacidades. Benchmarks al margen. Como buenos jugadores nunca falta eso de AMD vs. Intel o ATI vs. Nvidia. Lo cierto es que las últimas placas de video de ATI parecen hechas especialmente para sorprender. Y sorprenden, no cabe duda.

Claro, más todavía si te hacen las demos y te dejan que juegues con ellas. Es lo que hicieron el martes pasado los muchachos de AMD, con José Luis Fernández (“el que sabe” de AMD) a la cabeza y la presencia estelar (“artistas invitados”) de Arturo Wong Chujoy, gerente de producto y marketing para el área de gráficos y Jackie Wong, del grupo de tecnología de AMD
Después de una bienvenida del omnipresente Nico Canovas, que contó que ese día habían hecho el lanzamiento de lo que les quedaba de la serie Radeon 5000 ante unos 200 resellers durante todo el día, le pasó la pelota a José Luis.
El tecnólogo favorito de las familias dijo que la metáfora que se le ocurrió comunicar fue que antes había que agregar un coprocesador matemático para tener mayor potencia de cálculo. El nuevo modelo de ahora es transformar el GPU en una especie de nuevo coprocesador. En un par de años va a ser inconcebible que las PCs no tengan una GPU poderosa, como hoy no se concibe un procesador sin unidad de punto flotante.
José Luis aseguró que nunca habían hecho antes semejante despliegue de gráficos. Y para convencernos, nos llevó al showroom que habían preparado para el evento del día.
Claro, ver juntas 9 pantallas LCD de 42 pulgadas mostrando un juego de carrera de autos en HD, fue impactante. Y no menos el otro juego de matar zombies en 3D, con la sangre poco menos que salpicándote en la cara.
En total hubieron tres demos más, todas de tres pantallas, entre la que se destacó una hecha con una notebook estándar a la que se había adicionado un módulo que le otorgaba toda la potencia de procesamiento que ésta no tenía.
En fin, que más de un ojito brilló de codicia, mientras José Luis hacía las demostraciones.

Por Ricardog

Periodista científico especializado en tecnología. Médico en retiro efectivo.

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