En el contexto de lo que venimos hablando regularmente, es decir, en la obligación que tienen las empresas de replantearse los modelos de negocios a partir de la llegada de Internet, la aparición del proyecto de ley de “canon digital” es un retroceso indudable. Por suerte, la noticia es que se levantó la reunión en el Senado en la que se suponía se iba a debatir, cosa que no sucedió. Confieso que no conozco en profundidad el proyecto de los senadores Pichetto y Giustiniani, pero sí sé una cosa: ideológicamente está muy mal.

Por la tarde circuló un comunicado del propio senador por el Frente para la Victoria Miguel Pichetto en el que se anuncia la suspensión del tratamiento del proyecto en el senado y su vuelta a comisión para “buscar un punto de equilibrio entre la protección de los derechos intelectuales y las demandas de los internautas y usuarios digitales”.
Es muy posible que el levantamiento de la reunión en el senado se deba a la fuerza que ejerció el ciberespacio, especialmente Twitter y los blogs . Pero lo que sí es cierto, fue que ese proyecto no fue desarrollado por Pichetto y Giustiniani, sino por los representantes de la industria discográfica y musical de la Argentina, a imagen (ya que no semejanza) de algunas leyes europeas, más precisamente el canon digital español, que grava con un porcentaje a todos los dispositivos capaces de ser grabados con obras de arte con copyright.
En sencillo, cualquier pendrive, CD, DVD, disco rígido, etc. en el que potencialmente se le pueda grabar una obra musical, de video o de otro tipo, que tenga un copyright. A pesar de lo que MinutoUno reproduce de los dichos de Jorge Marrale (“este sistema está vigencia «en 25 de los 27 países de la Unión Europea y Estados Unidos y Canadá»”), en la propia Europa lo están cuestionando, como se lee en este artículo de Internautas.org de abril pasado, para citar un ejemplo.
De todos modos, y al margen de los detalles, de que si él dijo, si ella replicó, lo cierto es que ponerle un impuesto a los pendrives y DVDs porque se le podrían grabar obras cubiertas con copyright (mal llamadas “piratas”), sería algo así como gravar a los camiones porque en ellos se puede traer contrabando (<ironía> cómo le debe gustar eso a Moyano </ironía>) o, peor todavía, presumir de culpables a los que van a comprar alguno de estos dispositivos antes de que los usen. O sea, el pendrive en el que llevo la presentación de la clase que voy a dar, o el CD en el que tengo el backup de mi correo electrónico es “pirata” y es “un robo” mientras no se demuestre lo contrario.
No voy a decir mucho más, porque hay sitios e infografías que explican mucho mejor que yo los detalles del proyecto, a quiénes perjudica y a quiénes beneficia y cuáles son los efectos reales, en números, que puede provocar este proyecto de ser aprobado.
Lo cierto es que desde hoy, Tecnozona se suma a la lucha por el No al Canon. He dicho.

Por Ricardog

Periodista científico especializado en tecnología. Médico en retiro efectivo.

3 comentarios en «Tecnozona vota por el #noalcanon»
  1. La idea es recaudar nada mas. Como estos dispositivos son de consumo masivo es facil agregarles un impuesto mas de los que ya tienen. Es lo mismo q pasa cuando en los municipios del interior agregan tasas especiales a la factura de la luz, que si o si tenes que pagar.

  2. Es aberrante, y lo peor es que es solo otra medida recaudadora más…
    Pero lo peor de todo es que presume que «todos» somos delincuentes.

    NO AL CANON

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