Dígase lo que se diga, piénsese lo que se piense, la presencia de Steve Ballmer en la Argentina es alguna clase de acontecimiento. Aunque no estuvo más de un día, aunque vio algunos clientes, aunque le dio entrevistas sólo a Clarín y La Nación, aunque las preguntas “del público” estaban preparadas de antemano, aunque el lugar más lejano del escenario y más incómodo fue el asignado a los periodistas… así y todo, valió la pena verlo. No porque haya dicho algo revolucionario o que nos haya inspirado o que haya sido significativo. Valió la pena porque estábamos ante uno de los personajes más importantes del ambiente de la tecnología. Lo que no es poco.
En el auditorio de la UADE, en la tarde de ayer, ante unas 500 personas, número más o menos, y después de la elegía propinada por Sandra Yachelini, la directora general de Microsoft Argentina y Uruguay, apareció por segunda vez (la primera fue hace 10 años), Steve Ballmer, el actual CEO de Microsoft.
Te podés imaginar que habló, y habló y habló… y fue difícil sintetizar una charla de poco más de media hora. Por eso, lo que vas a leer a continuación, son fragmentos entresacados de un discurso… motivador, para darle un término técnico comunicacional.
Enérgico, arrancó hablando de que el negocio de la tecnología se ha basado en dos tecnologías (dones las llamó Ballmer, valga la redundancia): el procesador e internet. Y se preguntó: ¿estos dones tienen potencial no explotado? ¿Cómo serán los próximos 25 años, cuál será el próximo don?
Y se contestó: “La siguiente etapa de la innovación es la nube, que trae el poder de Internet, del procesador y del software”.
Nuevas aplicaciones, nuevas oportunidades, la nube no es sólo un lugar para poner cosas. Nuevas formas de soft, de procesadores, nos van a llevar al siguiente nivel. Es la oportunidad de crear contenido y trabajo digital interesante. Refiriéndose a la ubicuidad de la nube, aseguró que se pueden crear herramientas aquí y usarlas en todo el mundo, crear una canción y que la conozca mucha gente, nuevas formas de comunicación como Facebook y Twitter.
Pero también, advirtió Ballmer, crea nuevas responsabilidades, de proteger la privacidad, la propiedad intelectual, la seguridad.
La forma de crear y publicar artículos o música, hacer programas de televisión han cambiado, pero las oportunidades han aumentado.
Después siguió con un concepto insólito: la nube aprende y enseña a decidir y tomar acciones. “Nuestra empresa, Google y otras, están aprendiendo continuamente qué cosas nuevas se pueden hacer” dijo mentando a la competencia y sin ponerse colorado. “La nube está siendo cada vez más inteligente. Y todavía queda mucho por aprender”.
Luego aclaró que el tipo de software que se construye para la nube es distinto que el de las desktops. El de la nube trata de comunicar máquinas entre sí, el software de la nube es mucho más interactivo y dio el ejemplo del corrector ortográfico del buscador Bing, que está aprendiendo en tiempo real lo que la gente escribe.
La nube optimiza las interacciones sociales y profesionales siguió relatando. Hay software que se está desarrollando para traer conceptos de las redes sociales al trabajo. En el trabajo podríamos ser fans de distintos proyectos o profesionales, ejemplificó.
La cloud requiere dispositivos más inteligentes. Según Ballmer, dicen que toda la inteligencia del mundo se va a mover a la nube y los dispositivos van a ser bobos. Pero, afirmó tajante, no es cierto, los dispositivos tienen que ser inteligentes, tener procesadores y ser fáciles de administrar. Tienen que ser inteligentes para servir de algo, ser útiles.
Y describió a Natal, que este otoño van a presentar, como un sistema que va a agregarle procesamiento y una cámara a la Xbox para reconocimiento facial de gestos y de voz para jugar en línea con otros jugadores.
Cuando pasó al área de negocios o corporativa, sostuvo que la nube cambia la visión del hardware y de los servidores: la nube privada. Un server era una caja con procesador, memoria y almacenamiento con un software que se corría especialmente, luego se necesitaron más y más cajas y más procesadores. La administración se hizo muy difícil y surgió la virtualización, pero nada de eso es suficientemente bueno para la nube. “En lugar de comprar un server, vamos a querer un centro de datos en una caja” y ahí mencionó a Azzure, el próximo sistema operativo pensado para ofrecer servicios de la nube para reencausar los procesadores y el software. Anunció asociaciones con empresas como Dell y HP para crear estos contenedores de centros de datos para crear una nube privada.
“La cloud impulsa a Microsoft y Microsoft impulsa a la cloud” señaló como corolario. “Las próximas dos décadas van a ser de innovación basada en la nube”.
Impulsado por el lugar, enfatizó que lo impresionaron los desarrolladores de software de la Argentina, y le asignó un lugar importante en la generación de desarrollos en la cloud.
Luego de la conferencia, un ejecutivo subió al escenario a hacerle preguntas evidentemente preparadas de antemano y no hubo posibilidad de que nosotros participásemos. Pero bueno, parece que esa es la manera… corporativa.
Cuando le pidió a Ballmer que describa qué entiende por Innovación, respondió: “nadie sabe muy bien de qué se trata”. Y listó como características de su particular visión de la innovación que debe ser algo nuevo, que hace que la gente se entusiasme y que se vuelva muy popular; popular es una palabra muy importante, enfatizó. Y ejemplificó con que Windows no fue la primera interfase gráfica, que Xerox la había creado 20 años antes, pero Windows terminó siendo más popular.
Héctor Masoero, el rector de la UADE, cerró la conferencia (no de prensa) agradeciendo la presencia de Ballmer y contando acerca de las novedades de la UADE. Por ahí, en otro momento lo charlamos.
Ballmer le dio entrevistas exclusivas sólo a dos medios masivos. El resto de nosotros fuimos una tribuna popular… pero tribuna al fin. Y seguramente alguien esperó que nosotros gritemos los goles. O sea, entre hoy y mañana vas a tener a tu disposición, seguramente, mucha información en otros medios sobre la visita de Ballmer a la Argentina. De la UADE se fue a ver a la presidenta.
Por eso quiero terminar recomendándote una publicación cuasi profesional. ¿Porqué la denomino así? Porque ella es comunicadora, educadora, aficionada a la tecnología y, sobre todo, espontánea. Se llama Laura Corvalán, le dicen P0nja y en este sitio está su versión.
¿Este Ballmer es de la empresa innovadora que en 1995 vendía el soporte a internet como un add-on de su sistema operativo porque «la red» era Compuserve (cuyo soporte venía incluido en w95)?