Arrancó 2013 y, como no podía ser de otra manera, están todos pendientes de qué va a suceder, no sólo en el ámbito de la tecnología propiamente dicha, sino también en la faz comercial. Tenemos dudas acerca de la capacidad de importar insumos o componentes o, directamente, equipos, tenemos dudas de la capacidad de respuesta del mercado, de la industria, de lo que deberíamos pagar de sueldos (o cobrar), o sea, dudas de todo. Pero… ¿no se trata de eso el negocio?
Bien. Señalamos a fin de año que los temas importantes iban a estar en la nube, los móviles y las redes sociales. Por supuesto, si vos leés otras notas u otros artículos en otros medios, también te vas a encontrar con otros temas como big data, 4G o LTE, BPM y una serie de otras siglas más que no vienen al caso. O sí, porque todo está relacionado entre sí.
Pero un tema que cruza transversalmente a todos ha sido, y lo será por mucho tiempo, la seguridad. Obviamente que es muy complejo como para abarcarlo todo, pero es interesante ver qué perspectivas traen algunos de los grandes jugadores en el tema.
Fijate que cuando vos hablás con los vendors (en estos días te voy a contar sobre una charla que dio la gente de Kaspersky), la ciberdelincuencia, el cibercrimen, el fraude bancario, los ataques dirigidos al sector financiero, a software que maneja sistemas críticos (Stuxnet y Flame, entre otros, como principales protagonistas) e, incluso, la ciberguerra –donde gobiernos atacan a otros gobiernos donde presuntamente más les duele, con drones virtuales a través de redes de computadoras–, los vendors, decía, te pintan un panorama oscurísimo, como de guerra fría o tercera guerra mundial (ni Einstein previó la guerra “virtual”) y uno no sabe si es cierto o es sólo una estrategia de marketing para vender más sus soluciones.
Especialmente, y aquí viene la salvedad que quiero hacer, que cuando uno habla con los que están en contacto directamente con los clientes: lo integradores, los distribuidores, las compañías que ofrecen sistemas de seguridad, lo que te dicen, en síntesis, es “no es para tanto”.
-“¿Conocés a alguien que haya tenido algún problema de seguridad grande?” me preguntó días atrás un ejecutivo de un integrador de soluciones de seguridad.
-“Bueno, Google, Amazon, Visa, el sitio del Poder Judicial…” respondí yo.
-“No. Me refiero a algún banco de acá, alguna compañía financiera, alguna empresa grande como YPF o Techint”
-“Bueno, supongo que no hay ninguna compañía, y menos bancos, que quiera que la gente se entere que tienen o han tenido problemas de seguridad…”
-“Primero, te hubieras enterado igual. Y segundo, porque si hay un ataque recurrente con un virus, tendrían que estar avisando a otras compañías de lo que pasa, de que un virus o un malware con determinadas características está atacando”
-“Vuelvo a mi argumento: ningún banco ni financiera ni empresa va a querer difundir que algo anduvo mal”
– “Esas no, seguro; pero por lo menos los proveedores tendrían que avisar a sus partners y colaboradores”
Me fui de la conversación mascullando por lo bajo cosas acerca del capitalismo salvaje, del sálvese quien pueda, de las leyes del mercado y de todas esas cosas que me impiden que crea que puede haber buena fe en la industria.
De todos modos la duda me quedó: ¿quién tiene razón, el vendor que magnifica los peligros para poder vender sus productos o el integrador que baja un cambio y asegura que la realidad no es tan negra?
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