(Por Javier Bazo*) La evaluación de un proyecto de
certificación de normas de calidad puede ser enfocada desde dos
perspectivas diferentes, que solo en algunos casos logran ser
complementarias. A los efectos de simplificar la lectura del artículo,
se utilizará el término “certificación” como sinónimo del proceso de
validación que una entidad externa a la empresa realiza para aprobar o
desaprobar estándares de calidad; incluso en los casos que esta
validación no suponga una certificación específica.
Por un lado, algunas empresas transitan el camino hacia una
certificación con la convicción de que la mejora de sus procesos y
metodologías de trabajo son un camino más directo y seguro hacia el
éxito comercial futuro. Estas empresas sitúan al concepto de calidad en
el centro de su estrategia, están dispuestas a invertir recursos no
solo para alcanzar la certificación sino también para sostener y
optimizar el modelo de calidad en el largo plazo.
Por su parte, encontramos empresas que buscan en una certificación
las credenciales que le abran nuevas oportunidades de negocio,
especialmente para penetrar en mercados que exigen este tipo de avales
como requisito básico. En términos generales, estas empresas visualizan
a la formalización y mejora de sus actividades como una tarea más
ligada al proceso externo de certificación que al proceso interno de
desarrollo y entrega de productos y servicios.
Ambas perspectivas son válidas y pueden servir a los fines de la
compañía, aunque es el primer enfoque el que se sostiene con más
solidez cuando de calidad se trata. Sin embargo, muchas empresas Pyme
que tienen una clara visión de la calidad no alcanzan, o directamente
no buscan, certificaciones formales. ¿Por qué ocurre esto?; básicamente
por el costo que representa encarar y sostener un proceso formal de
calidad.
Las certificaciones en las Pyme del sector software
A diferencia de otros sectores industriales, las empresas
desarrolladoras de software cuentan con una tendencia natural hacia la
formalización de sus procesos; en parte por el grado de
profesionalización de sus directivos y en parte por la afinidad con el
uso de metodologías. Sin embargo, es común encontrar pequeñas empresas
del sector software que cuentan con sólidos procesos, muchas veces
documentados y soportados por herramientas informáticas, que no cuentan
con validaciones externas de calidad.
Entonces vale preguntarse porqué muchas de estas pequeñas empresas,
con procesos bien desarrollados y una visión definida de la calidad
como fundamento estratégico, no avanzan masivamente hacia modelos como
ISO o CMM.
Una decisión primaria que la empresa debe adoptar es qué modelo de
calidad es el que mejor se adapta a sus necesidades. Mientras que ISO
es una norma certificable enfocada en los procesos internos y externos,
CMM es un modelo de madurez específicamente enfocado en los procesos de
desarrollo de software. Ambos modelos pueden ser complementarios,
aunque para la mayoría de las empresas del sector, CMM es la opción más
ajustada. Para algunas empresas de servicios de desarrollo, como por
ejemplo las fábricas de software, el modelo ISO podría ser el más
adecuado en tanto sean más importantes sus procesos de relación con el
cliente y de flujo interno de requerimientos, que la construcción del
software en sí mismo.
La siguiente decisión, que define el éxito o el fracaso del
proyecto, es la asignación de recursos para lograr el objetivo
planteado.
¿Es útil implementar el modelo CMM en una Pyme desarrolladora de software?
La respuesta a esta pregunta es simple: SI, es útil prácticamente en cualquier caso.
Ocurre que, tal vez, no sea esa la pregunta adecuada para un pequeño
empresario. Probablemente lo más razonable sería preguntar lo
siguiente: ¿es rentable, a mediano y largo plazo, invertir en la
adopción de CMM? En este caso, la solución del interrogante ya entra
dentro del típico esquema de respuestas de un consultor: DEPENDE.
La adecuación de la empresa al modelo CMM y el progreso a través de
los diferentes niveles de madurez es indudablemente un proceso costoso
para cualquier pequeña empresa. El empresario debe definir el enfoque
tratado en el primer párrafo del artículo, y priorizar los intereses
que impulsan la certificación de calidad.
Cuando el motor del proyecto de calidad sea la mejora interna de los
procesos para alcanzar mejores niveles de servicio, CMM es una opción
adecuada para aquellas empresas que no cuentan con un modelo formal de
construcción de software. Por su parte, las empresas que hayan
desarrollado una metodología propia, probablemente encuentren más
efectivo seguir trabajando en ese sentido y no invertir en la
implementación de CMM.
Cuando la motivación del proyecto sea estrictamente la apertura de
nuevos negocios que exijan certificaciones de calidad, queda dentro del
ámbito de análisis de cada empresario la estimación del retorno de la
inversión. Como regla general, CMM es actualmente la referencia global
en materia de calidad de software y es razonable encarar un proyecto en
este sentido si las perspectivas del mercado objetivo son favorables
para la empresa.
Consideraciones finales
Actualmente existe un consenso amplio sobre la necesidad de
formalizar procesos de calidad en las empresas de desarrollo de
software. Sin embargo, como se mencionara anteriormente, muchas
pequeñas empresas no encaran un proyecto formal de certificación, a
pesar de contar potencialmente con las condiciones necesarias para
alcanzar ese objetivo.
Entendiendo que una barrera importante son los costos integrales
(certificación y sostenimiento del sistema de calidad), y considerando
que la progresiva formalización de los procesos y metodologías redunda
en la mejora competitiva de todo el sector; es útil proponer el
desarrollo de una certificación local de calidad que sea accesible para
todas las empresas Argentinas. Una iniciativa de este tipo, sin
reemplazar ni rivalizar con las certificaciones de reconocimiento
global, puede ayudar a muchas empresas del sector a dar sus primeros
pasos en el camino de la calidad y servir como una referencia primaria
de sus capacidades técnicas y organizativas.
* Socio Gerente Sistemas Activos. Fuente: Evaluando ERP (www.evaluandoerp.com)
Muy interesante el tema, me surge una duda…es posible certificar a partir de la norma ISO 9126, si es así: que organismo se encarga de dicha certificación?