(Por Ruben Borlenghi) Con muchísimos proyectos presentados, desde bicicletas hasta robots, los investigadores tratan de transformar la transpiración en contratos. Y nos fuimos preguntándonos y los llegaremos a ver implementados
A sala llena, y con más de media hora de retraso, se presentaron a la prensa los resultados de la cuarta convocatoria al Concurso Nacional de Innovaciones organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnologia e Innovación Productiva de la Nación.
Antes del consabido pepeté la Dra. Ruth Ladenheim, la Secretaria de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva comentó que celebraba “el éxito de la convocatoria al concurso (…) es un mensaje que damos, la valoración que otorgamos a la innovación, que es clave en este momento”. También recordó que desde el ministerio se intenta alentar “a lo mejor del sistema científico y tecnológico” para que presenten ideas innovadoras, y añadió que desean acompañar a los diseñadores en todas las etapas, “desde la concreción de la idea, hasta la generación del negocio”.
Dejó el micrófono al licenciado Pablo Sierra, coordinador del Programa Innovar, que luego de un breve preámbulo dijo la frase que esperábamos: “vamos a ver los números”. Y como la estadística es bastante completa, y toma los cuatro años de funcionamiento del concurso, acá será útil abreviar un poco. Este año recibieron poco mas de 1800 proyectos, de los cuales fueron aceptados casi 1300. Los que quedaron en la puerta, aclaro, no cumplían los requisitos básicos de la convocatoria, que incluyen la existencia de un prototipo o elementos descriptivos o probatorios. Los que superen la selección final (Sierra cree que serán unos 400) se exhibirán en el Centro Cultural Borges a fines de octubre de este año.
Una novedad que toca a los lectores de Tecnozona: en 2008 se agregaron dos categorías, <Software aplicado al diseño de videojuegos> (se presentaron 58 postulantes) y <Diseño Gráfico>. En esta categoría había “composición tema…” ya que era obligatorio desarrollar la identidad visual de alguno de los proyectos ganadores de Innovar 2007 en Investigación Aplicada. Una idea interesante, ya que, de paso, le arrimaban el “branding” a un proyecto que probablemente ya esta en marcha. Las otras categorías, similares a las de los tres años anteriores, son Producto innovador, Diseño industrial, Investigación aplicada, Innovaciones en el agro y algo denominado INET, que espera agrupar proyectos producidos por equipos de escuelas técnicas, industriales y agropecuarias. Este año los <productos innovadores> sumaron el 45% de lo presentado y el <diseño industrial> un 26%.
¿Participación de las provincias? Entre la Ciudad de Buenos Aires y la provincia homónima marcaron el 65% de las propuestas, con Córdoba y Santa Fe agregando menos del 9% cada una. El resto del % se repartió entre el resto de las provincias.
Si a esta altura de la lectura esto te suena a reunión de inventores, te equivocaste. El año pasado se exhibió el prototipo de un robot autopropulsado con control remoto, apto para el desarme de explosivos. La Policía Federal ya encargó uno, y parece que hay cinco pedidos más (¿escuché la palabra exportaciones?).
Luego de Sierra y antes de la ronda de preguntas (si, acá se permitió preguntar a los periodistas, e incluso hubo repreguntas, no creas) habló el ministro, el Dr. Lino Barañao. Y comentó que “no podemos competir con los países asiáticos en manufactura de productos masivos, pero sí podemos intervenir en nichos del mercado, con tecnologías disruptivas”. Que suerte que el ministro que mandó a lavar los platos a los investigadores, enamorado de una fábrica masiva de caramelos, no estaba a mano. En una de esas discutían y todo.
Terminó la reunión y los periodistas nos fuimos comentándola, en espera de ver exhibidas las innovaciones de este año. Y tal vez, en una de estas presentaciones para la prensa nos puedan mostrar otro cuadro, otra tabla, donde aparezcan las cifras del dinero que los participantes del concurso transformados en empresarios han generado, bajo el aspecto de exportaciones y puestos de trabajo. ¿Seré demasiado iluso?