(Por Rubén Borlenghi) El jueves pasado la filial local de Microsoft presentó la versión Foundation de su software de servidor, integrado en máquinas más o menos espartanas provistas por Hewlett Packard, Dell, Exo y ARM/SIASA. Pagando un precio de unos setecientos dólares más IVA, una empresa puede obtener una licencia de Microsoft Windows Server 2008 para un máximo de quince usuarios, preinstalado en una máquina que podría tener 2 GB de RAM, un disco de 160 GB y microprocesador doble núcleo.
Abrió la reunión con los saludos de práctica Sandra Yachelini, Directora General de Microsoft para Argentina y Uruguay, que bosquejó los alcances de la reunión: cómo se había decidido preparar la oferta, porqué se habían tomado a las PyMEs como destinatarias, cómo fue el estudio de campo que fundamentó el concepto, y después de comentar que se presentarían casos de éxito, le pasó la posta a Viviana Konstantynowsky, Gerente de Negocios – Pequeñas y Medianas Empresas.
El trabajo de encuesta estuvo a cargo de Total Argentina, y (según explicó Viviana) allí surgieron varias características de la pequeña empresa local: la figura del dueño, la necesidad de autosustentarse, los indicadores clave de su actividad cotidiana (impulsar la venta y atender a la cadena de pagos), y la autodefinición de “sobrevivientes” que dieron muchos de los más de 200 casos consultados.
Luego de mostrar y explicar brevemente gran cantidad de datos estadísticos, Viviana presentó a Daniel Olivera, gerente general de Babycottons, y a Christian Tienda, presidente de la empresa Manuel Tienda León. Con un giro económico y necesidades operativas bastante diferentes, ambos comentaron la experiencia (para ellos exitosa) de sus empresas al adoptar la variante de software de servidor ya mencionada.
Y al presentar el caso de la segunda empresa salió a luz un dato que sin duda Microsoft quería mostrar a la prensa: este cliente había seleccionado la solución sobre Windows luego de poner en marcha un conjunto de aplicaciones que corrían sobre Linux y no habían brindado el rendimiento esperado, al punto que el presidente de Tienda León lo consideró un proyecto fracasado.
A los ejecutivos que mostraban sus casos de éxito siguió Diego Bekerman, Director de Empresas, Soluciones y Socios de Negocios de Microsoft Argentina y Uruguay, quien afirmó (entre otras consideraciones) que la solución de software hoy presentada era específica para el sector, con simple implementación y costos accesibles. A su intervención se sumó la de Javier Neumann, Director de la Unidad de Negocios de Servidores de la empresa, que mencionó cifras sobre el uso de servidores de archivos en PyMEs de EE. UU. y de Argentina: 17,4% en el caso norteamericano y 5,7% para el local.
La presentación de Javier continuó con más datos sobre los escollos operativos que deciden a una pequeña empresa a instalar un servidor central, y luego dejó lugar a una demostración de uso del producto, a cargo de Norberto Presta, director de Estudio Celer.
De la muy extensa presentación de hoy saqué algunas conclusiones que quiero compartir. Por ejemplo, que me resisto a dejar pasar cierto dato estadístico sin señalar que los niveles de movimiento económico de una “pequeña empresa” norteamericana no son los de aquí (palabra de Perogrullo…) O que sentí un sabor amargo al escuchar cómo se señalaba un fracaso al estructurar mediante Linux una aplicación compleja que soportase operación crítica. Mi experiencia me lleva a mirar mal al proveedor, y no a Tux.
Pasando a los anuncios de hoy, me llamó la atención la movida de Microsoft, que reduce el precio de cierta licencia para llegar a un segmento específico. Veremos cómo les va con la iniciativa, recibida en Estados Unidos con curiosidad por la prensa especializada, que recordó la existencia de un Small Business Server 2008 (no tan barato) presentado en sociedad en noviembre del año pasado. Y es cierto que la aparición en el mercado local de una máquina preinstalada con software Windows de servidor, por un precio muy similar al de un equipo de escritorio en las mismas condiciones, es una novedad cuyo progreso habrá que seguir. Mucho de esto está en manos de los integradores y el entusiasmo que pongan en “empujar” el producto. Tuve una muestra de ese entusiasmo al escuchar cómo don Andrés Marcone, presidente de SIASA, hablaba maravillas de un impresionante server ARM al cual se le podía agregar terabytes de disco con toda tranquilidad. Producto bastante alejado del básico-mínimo que otra empresa mencionó al final de la presentación y yo puse al principio de este comentario.
Ahí tenés los datos; lamento la extensión (que refleja la del evento) y esperemos resultados antes de sacar conclusiones. Los pingos se ven en la cancha, aprendí en el siglo pasado.