En el marco de los 30 años de CESSI y del 10° aniversario de los Premios Sadosky y después de 18 meses de marchas, contramarchas, disensos y consensos, se presentó, por fin, el libro Historia de la Industria Informática Argentina. Fue un evento emotivo por varias razones. Quizá el más emocionado de todos (y sus buenas razones tenía para estarlo) fue Italo Daffra, nuestro colega y amigo que ofició de editor. Quienes trabajamos con él en el libro (Rubén Borlenghi, Andrea Catalano, Andrea Delfino, Adrián Taccone y quien suscribe) sabemos el stress que pasó para poder lograr un producto que digno que, por suerte, resultó serlo.
Como Italo remarcó en el discurso de presentación (fue el pasado jueves 11 en un muy coqueto salón de Barrio Norte), son tres libros en uno. O sea, uno trata de la historia de la informática en la Argentina, desde los primeros berridos, hasta la actual industria del software, pasando, por supuesto, por Clementina, el papel de las multinacionales y la Ley de Software. Otro, basado en el aporte de las decenas de auspiciantes que tuvo el libro, todas empresas informática las que, al contar sus respectivos relatos, complementaron la historia central. El tercer libro añadió las Universidades que se vieron involucradas, tanto desde la enseñanza como desde la investigación, en el devenir de la informática argentina.
Además, y como para que no quede dudas de las intenciones de la CESSI al publicar el libro, estuvieron presentes todos los presidentes de la Cámara la que, al fin y al cabo, forma parte de la historia. Junto al actual, José María Louzao estuvieron Jorge Cassino (el primero de todos), Carlos Pallotti, Miguel Calello y Fernando Racca. Cada uno de ellos tomó la palabra unos minutos y, aunque con distintas palabras, todos coincidieron en rescatar la asociatividad como característica principal de la CESSI y la continuidad de gestión, a pesar de las diferencias de estilos.
Si todo sale como se espera, este será el primero de una serie de volúmenes en los que se irán completando distintos aspectos que siempre faltan (y que, en definitiva, nunca terminan) de la historia de la informática argentina, que no es poca ni trivial.