Fue el jueves aquél del tormentón y la nube tóxica. Pero antes de que se “cayera el mundo abajo”, la gente de la Fundación Clementina (que “tiene como fin el intercambio de ideas para proponer soluciones concretas que sean tomadas en cuenta por las autoridades para luego convertirse en políticas públicas o semipúblicas”) organizó un Foro de Educación y Tecnología en el que participaron varios especialistas en distintas ramas del saber. Fue algo así como una demo de cómo trabaja la Fundación. Menos el almuerzo, por supuesto.
El que dio la bienvenida al auditorio del 4° subsuelo de la UCEMA fue Pablo Perl, quien dio paso, inmediatamente, a Carlos Pallotti. Pallotti hizo una síntesis de la metodología de funcionamiento de la Fundación Clementina y fue presentando a los panelistas.
El primero fue el economista Bernardo Kosacoff, quien hizo hincapié en cómo se generan capacidades tecnológicas y cómo se califican los recursos humanos.
El viento de cola no es explicación suficiente para el crecimiento de algunas variables económicas, subió el precio de la soja pero se multiplicó por cinco la cantidad de soja exportada.
Señaló Kosakoff una recuperación de la capacidad ociosa creada en la crisis 1998-2001 y la evolución en la exportación de servicios como se ejemplifica en la industria del software.
El mercado interno es alrededor del doble del que había hace cinco o seis años, y hay un mayor sistema de protección social.
El estado actual está un poco complicado por la inflación y el aumento del costo de los insumos importados, y además, llegó la crisis mundial. Ha caído el proceso de inversión y de generación de empleo. Hace falta un nuevo patrón de diversificación de la producción, estímulo de la empresa innovadora y mejora de la calidad del incremento del gasto público. El camino es la inversión en capacidades tecnológicas, políticas de desaceleración del proceso inflacionario, mejorar la calidad del recurso humano y las exportaciones.
Siguió Juan José Llach, Economista, Sociólogo, Ex Ministro de Educación de La Nación. Llach comenzó diciendo que el principal problema del sistema educativo es la segregación, donde hay escuelas pobres para pobres y escuelas ricas para ricos. “Según dónde me toque nacer, mi camino ya esta predeterminado” resumió.
Hay logros como la Ley de Educación Técnica, la ley de Financiamiento Educativo, el sistema de pasantías, pero los resultados son heterogéneos.
“El error de Sarmiento fue privilegiar la formación de ciudadanos, en lugar de la formación de trabajadores ciudadanos y el modelo sarmientino fue adoptado masivamente en Latinoamérica” afirmó Llach. Ir poniendo competencias laborales en los programas educativos especialmente en los más precarios, propuso, sería una manera de ir supliendo las falencias. Hay poca inversión en investigación y desarrollo y mucho menos privada.
También agregó que un régimen como el de Tierra del Fuego es un error, porque no aporta valor agregado.
El siguiente fue José Luis Roces, Consejero del ITBA. Para Roces un problema básico es que solo el 10% de los alumnos están en carreras tecnológicas, con lo que tenemos un problema de vocaciones que no es nuevo, aunque hay un leve repunte en los últimos años. La vocación tecnológica es difícil de insertar.
El gran problema de la Argentina es la heterogeneidad de la educación. El 80% del tiempo del director de las escuelas técnicas está dedicado a resolver los problemas sociales de los alumnos, que no se pudieron resolver en el ámbito familiar o social.
“El gran problema de la educación son los docentes” aseguró el consejero. “Y ningún gobierno está dispuesto a meterse con los docentes. Hay una alianza de padres y docentes para defender el status quo”. Lo primero que propone, entonces, es trabajar en la calificación de los docentes, y en los ultimos 10 o 20 años las empresas han puesto muchas trabas para que sus empleados o directivos hagan docencia. La tecnología es atractiva cuando se aplica pero no cuando se enseña y el esfuerzo mas grande hay que ponerlo en homogeneizar el sistema y en lograr liderazgos fuertes.
“Hay que mirar dónde se hizo bien y asegurar los procesos. Cualquier solución en la enseñanza de la tecnología debe incluir indispensablemente a las empresas” concluyó.
Andrés López, Economista y Director del CENIT fue el sucesivo. Empezó mostrando aumentos notables en la exportación de servicios informáticos, jurídicos, publicitarios y audiovisuales y sostuvo que “el principal determinante es el capital humano”.
También afirmó que “El sistema educativo funciona como el libre mercado, cualquiera estudia lo que quiere y ni siquiera tiene la información sobre las carreras más promisorias o las más necesarias.
Luego fue el turno del Presidente de CESSI, José María Louzeau. Louzeau sintetizó los números de crecimiento estimado en el plan 2020. Mencionó la necesidad de que las universidades intervengan más en las comunidades en las que están insertas y que los Ministerios de Educación dejen de ser sólo “ministerios de paritarias”.
“Cuesta encontrar canales de comunicación hacia la innovación y la producción en las empresas, y debemos empezar a hacer investigación aplicada para que los sectores científicos tengan idea de en qué deberían estar trabajando” sentenció.
Justo cuando empezaban las preguntas del público, tuvimos que desalojar la sala porque había cierto peligro de intoxicación por culpa de un incendio que se había declarado en un container en el cercano puerto, cuya consecuencia inmediata fue una nube (“moderadamente”, según algunos comunicadores) tóxica que se expandió por el microcentro y que, por suerte, fue bastante “lavada” por la torrencial lluvia que cayó a continuación.
Estaban invitados también Tulio Calderón y Alberto Quevedo, pero ellos no pudieron llegar.
En síntesis, si así son las reuniones de la Fundación Clementina, sería raro que no surgiesen propuestas interesantes.