(Por Rubén Borlenghi) Cuatro días de conferencias, mucho entusiasmo, nivel general bueno, público satisfecho, organizadores sonrientes y la barra pidiendo que se repita. Si querés saber porqué, seguí leyendo.
Fueron cuatro días, para los que seguimos las charlas. Para los que se metieron en los talleres intensivos, o como sea que los quieras nombrar con espíritu marketinero, fue eso y muchas horas más.
El detalle de qué dijeron los conferencistas, cómo lo dijeron y cómo recibió el público eso que se dijo, lo encontrarás en notas anteriores de esta columna. Hoy me interesa acercarte la visión desde la platea, después de pedir opinión a algunos conspicuos (como el Buanzo) y no tan conocidos representantes de la fauna admin cinco estrellas que me cruzo de vez en cuando.
La recepción de las presentaciones por parte del público fue entre bueno y muy bueno, en el 70% de los casos. En el 30% regular entra algún joven investigador que, además de no revisar su demo, trajo a BA-Con un tema que estaba en etapa de desarrollo. Cuando lo termine, que lo presente, pero me costó una hora enterarme que todavía no tenía conclusiones. También apareció algún brillante programador que se topó con una platea apática (en Ekoparty) o un especialista en comunicaciones que había encontrado novedoso interferir un sistema de los sesentas (en BA-Con).
La costumbre de las reuniones de hackers es presentar un hack “nuevo” (de eso se trata) frente a los ojos de quienes pueden evaluar que lo es. Ekoparty cumplió con esas expectativas en un buen porcentaje, aunque hay que reconocer que no todos tenían hacks para presentar. El material que vi en BA-Con no estaba destinado a despeinar a nadie, pero tampoco era la idea. Respecto al comentario que me hizo un asistente “no sé para qué vine, estas presentaciones están en la Web”, después de googlear un poco con los títulos de las pepetés, verifiqué que era cierto en un 40+% de los casos. No importa. Me fue muy útil conocer al humano detrás de la teoría. Entre otras respetables cosas, de eso se trata la educación, ¿saben?
Fue muy interesante ver a los mismos oradores en las dos conferencias, lo que sucedió por lo menos en dos casos. También parte del público asistió a las dos. En una de esas, se cumple la frasecita del jefe de la troupe foránea “tendríamos que pensar en hacer algo juntos”. Seguro, acá hay madera de sobra.
Dado lo caro que está el pasaje a los países de Allá Arriba o del Pacífico, también fue interesante (¿cholulismo tecnológico?) conocer personalmente a gente de la cual se han leído las andanzas.
Y cierro recordando algo que dijeron Dragos Ruiu y Federico Kirschbaum, cada uno en el cierre de su conferencia: sin las empresas que pagaron los auspicios, las figuras internacionales no venían; el costo de cada entrada en un evento de éstos está fuera de nuestros bolsillos sudacas… No, tan duro no lo dijeron, pero es así, nomás.
Que se repita.