Acabo de ver este fin de semana un documental que no es aterrador, pero sí preocupante. Y especial para los que todavía aseguran que el voto electrónico es seguro y garantía de transparencia.
“EE UU asegura tener la democracia más grande del mundo y que lleva en su corazón el voto, la voluntad del pueblo. En la actualidad, los sistemas electrónicos de sufragio contabilizan el 87% de los votos, pero muchos se preguntan si son realmente confiables. ¿Cómo cuenta EE UU sus votos? ¿Sabes si el voto es contado correctamente? Y si no lo sabes, ¿es eso democracia?”
Este documental, llamado Hacking Democracy, se filmó en mayo del 2004 y sigue los pasos de una publicista y escritora de Seattle que, un poco por accidente, otro poco por coincidencia, encontró el código fuente del software de las máquinas Diebold y, tirando de la soga, llegó a la conclusión de que no sólo no es seguro, de que es altamente vulnerable, sino que la organización encargada de las certificaciones no testeaba la seguridad del software. En el programa se pone en entredicho, también, la calidad de secreto que tiene tanto el software como el sistema de votación electrónico.
Aunque es muy probable que en estos seis años muchas de las condiciones hayan cambiado o se hayan subsanado los errores, lo cierto es que se mantiene el fondo de la cuestión: ¿es seguro el voto electrónico? ¿hasta dónde tiene que permanecer bajo el secreto del copyright el software del que depende la democracia?
Se dio el domingo 21 pasado y se vuelve a repetir el sábado 27, a las 18 por Infinito (por las dudas, confirmá con tu proveedor de cable, por si el horario para la Argentina no es ese). Pero lo cierto es que no te lo podés perder.