greg-larry-david(Por El Halcón Maltés) Se acaba noviembre y muchas series de corto aliento también concluyen sus temporadas. Entre ellas están la miniserie El Prisionero (de la que ya estuvimos hablando); Mad Men (de la que ya hablaremos); la remake de V, con la temporada más corta que yo recuerde (cuatro episodios) y Smallville, que si bien no terminó temporada, se toma, como cada año, un par de meses de descanso para volver a fines de enero.

Otra que cerró temporada al tiempo que HBO la estrenaba por estas latitudes fue Bored to Death. Buen momento entonces para dedicarle un par de líneas.

Ésta es una de esas series que prometen, antes de haber visto siquiera los títulos.

A un interesante planteo argumental (escritor aburrido y alcohólico al que su novia abandona, decide -”Adiós muñeca” de por medio- darle un giro drástico a su vida metiéndose a detective), había que sumarle a nuestro amigo Ted “Becker” Danson que no suele defraudarnos.

Y eso no era todo. Tenía invitados como Jim Jarmusch (haciendo de él mismo y tan pirado como uno se lo imagina) o la reina de los indies, Parker Posey.

Así que… ¿Cómo termina todo esto?

Aguanté cuatro capítulos y abandoné. No terminó de cerrarme.

Al ser una comedia que atraviesa el género policial, deben aparecer cada tanto los “malos”, la escoria de la sociedad a la que se enfrenta el protagonista. No pretendo que los pinten como si fuera The Shield… ¡pero tampoco como si fueran teletubies! Todos los personajes, hombres, mujeres, mafiosos, extorsionadores… ¡son tan ingenuos! La serie parece escrita por un puñado de quinceañeras.

Creo que si los guionistas aflojaran un poco con el porro, los argumentos (y los personajes) podrían encaminarse hacia algún sitio.

Y para terminar con las despedidas…

Se fué. No está más. Vuelvo a recaer en el síndrome de abstinencia de LD (no: no falta una S en el medio). Una vez más, he quedado huérfano de Larry David. Ha concluido otra temporada de Curb your enthusiasm, mi serie favorita de un tiempo a esta parte. Y no fue una temporada más. No señor. Fue la temporada que todos esperábamos. Después de once años sin Seinfeld, sucedió lo que solo el pelado podía hacer. Volver a juntarlos.

Fue, para que se hagan una idea, como si los Cuatro de Liverpool se juntaran a tocar nuevamente (sin parca de por medio, claro).

Pero no voy a comentar el final. Y no es por hacerme el interesante. No.

Simplemente es que aún no lo vi.

Tengo grabado ese último episodio en el fondo del disco, pero me resisto a verlo.

Porque… después qué me quedaría por ver?

Es el adiós.

Como esa novia que nos quiere abandonar y a la que no atendemos sus llamadas ni contestamos sus mensajes, procurando postergar lo inevitable. Todavía nos resta otra oportunidad de volver a verla.

Por Ricardog

Periodista científico especializado en tecnología. Médico en retiro efectivo.

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