Ah, las “social networks”. Sí, los servidores donde se alojan datos de una persona, sus amigos, sus parientes, sus logros, sus tristezas… Y su número de documento, su nombre y apellido, su dirección, su profesión, su fecha de nacimiento… ¿Cuánto más hace falta para usurpar tu identidad y gastar dinero en tu nombre, gilún? A ver: si sabés cómo se llama, podés averiguar el número de documento. Con alguno de esos datos, sacás la fecha de nacimiento. Y el domicilio. Y el teléfono.
Fijate vos que se armó un escandalete por Facebook, que podrás leer aquí y es muy interesante. La gente se olvida que muchos websites de redes Sociales tienen un área de desarrolladores. Donde se proveen las instrucciones para que un programador más o menos entrenado construya una aplicación que luego se exhibirá en el website principal. Lo que mucha gente se olvida es que (por ejemplo en el caso de FaceBook) las aplicaciones corren en servidores externos al de la empresa responsable. Que, claro, deja de ser responsable de lo que ocurra con los datos. Y lo que ocurre con los datos… podrás imaginártelo, en el caso en que se coloquen datos verdaderos.
Para que te quedes más tranquilo (si pusiste datos tuyos) en FaceBook hay 284.950 desarrolladores registrados. Todos ellos tienen a su disposición herramientas informáticas provistas gratuitamente por la empresa y podrán generar aplicaciones que levanten datos personales de las páginas de los usuarios registrados. Claro, porque en los TOS (terms of service, condiciones del servicio) el usuario Hizo Clic Aceptando que le usen los datos. Con ciertas condiciones, claro. Como por ejemplo, repetir en voz alta seis veces “no usaré los datos de los incautos en mi provecho, no programaré nada que permita ver datos sin permiso…” ¡Por favor!
Así fue que los redactores de CNet que investigaron el tema pudieron ver (por ejemplo) las fechas de nacimiento o el estado civil de Lucy Southworth, esposa del socio fundador de Google Larry Page, o de la COO de FaceBook, Sheryl Sandberg. Sin estar autorizados por las mencionadas, que ni se enteraron, por supuesto.
Se aplica, una vez más, la sabia frase de Cristian Borghello, de Eset Argentina (NOD 32): “una vez que publicaste algo en Internet, queda allí para siempre”. Él estaba hablando, justamente, de Datos Personales. ¿Será posible que sigas siendo víctima de la “fiebre por estar en las redes sociales”?